miércoles, 17 de febrero de 2010

El amuleto anti-lluvia

La lluvia: me gusta. No es habitual por estas tierras, y aunque ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos, en general creo que es más beneficiosa que perjudicial. Por supuesto, con la frecuencia y cantidades oportunas.

Yo siempre he dicho aquello de “solo es agua”, pero reconozcamos que si se trata de una lluvia “para paraguas”, es mejor ir preparado.

Antes de ayer estuvo lloviendo durante todo el día. Ayer de nuevo llovió igualmente durante toda la mañana. Así que, cuando ayer por la tarde salí de casa para volver al trabajo, decidí llevar todos mis amuletos contra la lluvia.

No soy nada supersticioso, pero reconozco que ciertos “fetiches” anulan (no siempre, pero sí muchas veces), los efectos inversos de la climatología. Por ello, me puse las botas, cogí el gorro y los guantes del cajón, y finalmente, el amuleto definitivo:

En efecto: cogí mi paraguas. Comprobado: no hay nada más eficaz contra la lluvia que ir bien preparado para contrarrestar sus efectos. Por supuesto, por la tarde no llovió y al regresar a casa el paraguas y todo lo demás volvió a su armario correspondiente…

1 comentario:

  1. Reconozco que los paraguas no estan hechos para mi se me hace complicado, es curioso, pero desde que era pequeña mas que combatir contra la lluvia huia de ella, corria por las calles, me escondia debajo de los portales o incluso encogia los hombros " quizas porque pensaba que me iba a mojar menos " pero lo cierto es que me calaba igual. Y ahora que me he hecho un poco mas grande el efecto es totalmente el contrario, cuando llueve no huyo de ella, sino que me dejo llevar hasta calarme los huesos. No salgo corriendo en busca de ningun portal donde refugiarme, piso los charcos y al mismo tiempo siento la paz, la tranquilidad y la belleza que me transmiten las gotas de lluvia que se estrellan contra el suelo.

    P.A.

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