lunes, 19 de mayo de 2014

Feria de San Isidro en Castalla, 2014


Durante la mañana del día 18, rompimos con la rutina dominguera para salir a hacer fotos por la provincia, aprovechando la excusa del Mercado Medieval y goyesco dentro de la Feria de San Isidro en Castalla, Alicante.

Tíovivo en el Mercado Medieval de Castalla, 2014.
 Castalla es una población que cuenta con poco más de 10.000 habitantes, y se encuentra a escasos 40km de Alicante, de donde está perfectamente comunicada por medio de la autovía.

Artesanías en el Mercado Medieval de Castalla, 2014.
 
Desde 1992 la Feria de San Isidro, patrón de los labradores, que se celebra el 15 de mayo, ha tomado en Castalla el aspecto de una muestra de artesanía y de productos agrícolas, y se ha convertido en una ocasión para el disfrute de los niños y mayores con la instalación de diferentes atracciones de feria. Además, para que dicha celebración no termine en una jornada, la feria y sus actividades se organizan y mantienen durante el fin de semana más próximo al día 15, motivo por el cual este año se ha extendido del 16 al 18 de mayo.

Plaza Central de Castalla, 2014.
El ambiente festivo además se acompaña de las actividades tradicionales que viajan con los bien conocidos como mercadillos medievales
Caballo en Castalla, 2014.
Sin embargo, en esta Feria de San Isidro de Castalla hemos visto interesantes elementos diferenciadores de otros mercadillos de este tipo.
En este sentido, es merecido destacar la presencia de un pequeño recinto en el que unos jinetes y caballos, ataviados como auténticos caballeros medievales divertían a los espectadores, golpeando con sus lanzas un escudo en alto, mientras corrían al galope sobre sus monturas.
Juegos de caballerías, Castalla, 2014.
E igualmente me ha llamado la atención la presencia de unos monjes que vigilan por las buenas (viejas) costumbres, incordiando graciosamente a parejas y sobre todo a chicas, niñas y mayores, sobre un elemental recatamiento en su vestimenta... 
También me ha gustado en esta ocasión la tropa de danzarines y músicos con máscaras venecianas que amenizaban las calles del mercadillo entre la gente.

Músicos y danzarines, Castalla, 2014.

En fin, esta visita a Castalla ha sido una mañana diferente y amena, y el ambiente festivo invitaba a pasear tranquilamente entre los puestecillos instalados. Una excusa como dije al principio para salir a hacer fotos, pero sobre todo a pasarlo bien.

lunes, 12 de mayo de 2014

Te quiero más que...

Si bien el amor nunca puede o -debería- ser malo, ¡cuánto daño puede hacer compararlo!
Espero al menos que no lo declarase el día de la madre... 

Te quie mas k a mi madre

lunes, 5 de mayo de 2014

De lo que vi en un autobús urbano


Coincidiendo con el reciente y pasado Día del Libro, cierto que aconteció lo que sigue, tal como lo cuento, más o menos por supuesto.
Y confieso que no debiera haberme sorprendido como en esta ocasión que sin freno turbó mi mente, y me ocurrió, pero a menudo no es fácil controlar la incontrolable capacidad sorpresiva.

Hace unos días tenía que desplazarme. Así pues, me encaminé hacia la parada del autobús y me senté a esperarlo. Otras personas, y otros extraños, esperaban bajo la marquesina, aguardando al vehículo urbano. Llegó a los pocos minutos y todos fuimos desfilando. Abonando el trayecto mediante la tarjeta oportuna o las monedas en la mano.

Y ya dentro del monstruo, fuimos todos empujados por quienes detrás nuestro, presurosos corrían a los asientos. ¡Qué absurdas prisas, siempre pienso! Todos ocupamos nuestros puestos. Sentados y dispuestos, algunos bien de pie o acomodados en las esquinas, el autobús inicia su marcha, desde la parada hasta que de nuevo el timbre grazne su chillido.

Aunque el habitáculo iba más o menos lleno, yo consigo un asiento. Algunas pocas caras miraban hacia afuera, atravesando las ventanas, observaban cómo atrás las calles se quedaban. Otras más miraban a sus pies, algunas a sus manos, y otras más hasta el techo. ¡Esas ventanas transparentes, y esas paredes blancas, tiempo que dejaron de ser nuevas!

Otros muchos en el móvil y en la tablet gastaban sus megas, con el whatsapp o el teletienda.
Y así discurre el viaje, distraído yo como los demás ausentes, cuando en un momento me fijo en quien a mi lado se sienta, y primero de reojo, y luego enfocando, algo lanza una alarma a mi cerebro.- ¿Qué es eso? - Con voz interna yo pienso- No puedo creerlo - me respondo en silencio.

Miro a uno y a otro lado para comprobarlo. E insisto sin disimulo en mirarlo fijamente. Y presuroso me repito: ¿Qué estoy mirando? Y una sonrisa aflora a mis labios, porque descubro emocionado, casi extasiado, que a mi lado alguien al bus ha subido, alguien lleva, alguien lee...

¡¡¡Un libro, un libro, un librooooooooo!!!