martes, 27 de marzo de 2012

Cariño, me encantas

Creo que en el amor, y especialmente en los grafitos, pintadas o mensajes de amor, existe lo que podríamos llamar una fiera competencia. Y en muchos casos, ciertamente la mayoría de ellos, se termina abusando del plagio y –como ya he escrito en alguna ocasión- de una supina falta de originalidad.

Como la excepción confirma la regla hoy les traigo un mensaje fresco, tierno y original; sin requiebros lingüísticos ni pedantería, ni cursilería. Sinceramente, se trata en mi opinión de un mensaje encantador.

Enhorabuena al escriba y al lector al que se le ofrecía.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Fotos en Valencia

Aprovechando unos días libres pasé unas horas en la ciudad del Turia compartiendo el ambiente propio de las fiestas de estas fechas con la gente que por allí se movía. Con las calles, plazas, bares, restaurantes y chiringuitos atiborrados de gentes (“gente en la gente”), estas han sido, entre otras muchas las imágenes que más me han llamado la atención.

No esperen ver grandes fotos de las fallas, motivo principal de estas fiestas, porque lo que yo buscaba eran detalles. Precisamente aquello que uno no suele ver, aquello de lo que no se percata que está a su alrededor.

martes, 13 de marzo de 2012

First blood

David Morrell escribió en 1972 la que posiblemente sea la primera novela de acción moderna. Por supuesto se trata de First blood, y con ese mismo título, de manos de Ted Kotcheff, fue llevada al cine diez años después de su publicación. En España la distribuidora optó por cambiarle el título y por ello aquí el público la conocimos como Acorralado.

Me gustó la película y el libro no me ha defraudado. Ambos creo que son muy recomendables, aunque la novela de Morrell es mucho más explícita y violenta que la película, de la que por cierto Stallone fue coautor del guión. De hecho los protagonistas son considerablemente diferentes. En la pantalla el papel de John Rambo (Sylvester Stallone) es claramente una víctima de la situación: un excombatiente de Vietnam que recorre el país sin trabajo, buscando su lugar, hasta que el jefe de policía de un pueblo de Washington, Wilfred Teasle (Brian Dennehy), le invita a abandonar el lugar y a continuar su camino atendiendo a su aspecto desaliñado.

Es entonces cuando lo detienen y se produce su huida de la comisaria, se avisa a la guardia nacional y se organiza una cacería que termina con Rambo primero acorralado, y luego vengándose con la destrucción del pueblo que le ha obligado a comportarse de nuevo como un salvaje, como lo hiciera en la guerra para la que le adiestraron.

En el libro sin embargo Rambo es víctima de su propia experiencia, y el trauma sufrido por su captura y tortura en el frente le domina desde las primeras páginas, actuando como un soldado sin escrúpulos ante los policías o civiles que intentan privarle (otra vez) de su libertad, y se sirve para ello y sin reparo de las armas a su alcance para eliminar a cualquiera (acaba con unas 250 personas).

Pero la novela de David Morrell es sobre todo un duelo entre dos veteranos de guerra, de caracteres personales y circunstanciales muy diferentes. El veterano y reconocido héroe de Corea, huérfano y divorciado pero que ha logrado llegar a convertirse en el jefe de la policía local de Madison (Kentucky); frente al joven excombatiente llegado de Vietnam: sin trabajo, sin vínculos familiares, repudiado por la sociedad y desamparado por la nación que le envió al frente, alguien a quien no le ofrecen una oportunidad para rehacer su vida.

Yo no dejaba de darle vueltas al título y de pensar en el poco sentido que tenía la traducción literal: “primera sangre”, porque los dos protagonistas, Rambo y Teasle son dos militares condecorados por sus acciones, obviamente con experiencia dando muerte al enemigo. Incluso considerando que first blood puede hacer referencia a cierta modalidad de duelo en la que el vencedor es aquel que obtiene la primera sangre de su adversario, en oposición precisamente a los duelos a muerte porque en este caso no es necesario acabar con la vida del otro, tampoco tiene sentido porque el enfrentamiento de ambos protagonistas no finaliza con su primera herida.

La tercera opción para first blood es un término deportivo con el sentido de la primera victoria, y aquí es donde debemos considerar cierto posible juego de palabras: en la alusión inequívoca de los protagonistas a un duelo personal, pero también a la primera victoria de ambos soldados. Porque, en ese mismo sentido: ¿podemos considerar el desenlace de la guerra de Corea, con la recuperación de sus fronteras como si no hubiesen servido de nada los tres años de conflicto, como una victoria para los Estados Unidos? Si no lo hacemos el juego de palabras sería redondo y se aplicaría a los dos protagonistas por igual: la primera victoria de ambos excombatientes de Corea y Vietnam, porque en el libro ellos son los únicos que ganan y pierden a la vez.