domingo, 16 de enero de 2011

Mi nueva funda para el Papyre 5.1

Superado el día 10 de enero quedan atrás los máximos días de cruce de regalos del año. De uno de ellos hoy les quiero hablar. Y como bien habrán podido adivinar, se trata de una funda para el Papyre 5.1.

En efecto, no están equivocados al recordar que este modelo ya se suministra con su propia funda: una especie de tapas de polipiel que imitan el aspecto de un libro, mejor una agenda, que personalmente me resultan desagradables al tacto precisamente por ser extremadamente tan suaves como lisas.

Por ello desde el primer día que llegó a mí este lector, tenía bastante decidido que debía buscar una funda alternativa que resultase práctica y a la vez funcional en cuanto a tamaño, discreción y, por supuesto, protección.

En esa búsqueda el tamaño precisamente era fundamental, porque unas tapas demasiado grandes anulaban la posibilidad de transportar al pequeño papyre o de hacerlo más llamativo de lo que ya realmente es.

Si bien le he dado uso a las tapas originales durante casi un año, fue justamente hace un par de meses cuando me decidí a empezar a transportarlo “al aire”, o sea desnudo, directamente dentro de los anchos bolsillos de la chaqueta de diario o de la bolsa que suelo llevar. (Sobre el uso de estos accesorios por hombres tomo nota para hablarles de ello en otra ocasión).

Sin embargo, comprendida y aprendida la temeridad de llevar este dispositivo sin protección (justamente la cámara que llevo encima también a diario, estos días sin funda, ha sufrido una “marca de transporte”), fui a encontrar la solución en un “Todo a Euro”, en efecto regentado por asiáticos.

El envase perfecto más allá de todo lujo, en absoluto llamativo, y muy bien recubierto para proteger mi libro electrónico resultó ser un sobre de burbujas, de esos mismos destinados al envio por correo de elementos más o menos delicados.

Un sobre de este tipo y tamaño es muy económico (60 céntimos), y permite incluso disimularlo con un sello y una dirección como si efectivamente se tratase de una carta cualquiera que ese día uno ha recogido. De hecho, esa es la idea de ciertas fundas de diseño, y mucho más caras, destinadas a portátiles y dispositivos similares (si tienen curiosidad tecleen en su buscador habitual "funda portátil sobre" y verán en la primera dirección que aparece a qué me estoy refiriendo).

Ciertamente estaba satisfecho con la ocurrencia porque venía a cubrir lo que estaba buscando a la espera de otra solución que se ajustase todavía mejor al papyre.

En eso estaba cuando me sorprendieron con el regalo de un pequeño bolso o funda de la todavía muy original Kukuxumusu.

Encaja como un guante y está realizado con la sintética viscosa, tan usado en las actuales fundas y maletines para portátiles. Viene con un enganche y correa para llevarlo a la cintura o al hombro, que obviamente no voy a usar (el enganche es posible incluso que lo descosa si noto que abulta demasiado) y como adornos destaca el propio diseño, como siempre tan originial como divertido, y un pequeño botón metálico con la marca en la trasera del bolso, forrado en su parte interna, para no dañar lo que pongamos dentro.

Lo dicho, mejor que el sobre de burbujas y con todas sus ventajas en cuanto a protección y discrección. Una opción muy recomendable para transportar su papyre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido.
Es un placer saber qué opinas del blog o de alguna entrada en concreto.
¡Adelante!