lunes, 30 de diciembre de 2013

El último lunes de 2013

2013 se va volando. Así es como tengo la sensación que han pasado los días, y así es cómo llegamos a su último lunes. Mañana será 31 de diciembre y el miércoles habrá terminado el año. Otro más. ¿Sentiremos el próximo año que los días se van igual de rápido? ¿Qué tal os ha ido en este? ¿Y los proyectos para el próximo?¿Habéis preparado ya la lista de ideas e intenciones para el nuevo 2014? ¿Ir al gimnasio o hacer ejercicio, dejar de fumar, aprender inglés, emprender ese viaje…? ¿Lo tenéis ya pensado?

¡Sea como fuere, feliz 2014!

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lunes, 23 de diciembre de 2013

Cómo escribir la Carta a los Reyes Magos

En algún momento, no sé bien cuándo exactamente, hace muchos años que se convirtió en una tradición más de las fechas navideñas incluir un modelo de carta en los folletos de juguetes para recortar y enviar a sus majestades, los Reyes Magos de Oriente, que siempre se encabezaba con el riguroso:

Queridos Reyes Magos…

Hasta ese momento, las cartas que los niños escribíamos a los Reyes Magos y a Papá Noel eran rigurosamente a mano, y la llegada de estas plantillas permitió cierta estandarización en las peticiones de regalos. Sin embargo, en cualquier caso y a pesar del texto impreso, era habitual que todos continuásemos el encabezamiento con unas líneas explicando lo buenos que habíamos sido y lo bien que nos habíamos portado durante el año que llegaba a su fin:

Este año he sido muy bueno…

A continuación seguíamos por fin con un listado de las cosas que queríamos recibir, siempre con el imprescindible “por favor” y expresiones del tipo:

…me gustaría que me trajeseis…

…me encantaría recibir…

…sería el niño más feliz si recibo/me traéis…

Luego yo incluía, y supongo que alguien más lo haría, por si acaso no lo encontraba o no quedaba, o no le entraba en el presupuesto al Rey Mago correspondiente:

…cualquier otra cosa estará bien/seguro que me gusta.

Finalmente llegábamos a la despedida:

Muchas gracias y Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo xxxx

Pero ahora, ¿pensáis que se han perdido las buenas maneras? ¿Creéis que ya no se piden los regalos con cariño y educación? ¿Quizá sea fruto de aquella famosa carta de Gomaespuma a Papá Noel?

lunes, 16 de diciembre de 2013

Juego de patriotas

Con vistas al próximo estreno el 31 de enero de la película Jack Ryan: Operación Sombra, basada en la obra de Tom Clancy, hace algunos meses me salté mi tradición de leer únicamente obras de autores ya fallecidos y comencé Juego de patriotas.  Al hacerlo, faltaba a mi propósito por segunda vez, pues la primera había sido con la apasionante inmersión lectora que para mí supuso La caza del Octubre Rojo. Casualmente, durante la lectura de los últimos capítulos de este libro, los seguidores de Clancy y yo mismo nos vimos sorprendidos por la noticia de su muerte, el 1 de octubre.

Juego de patriotas, publicado en 1987, fue la segunda obra de Tom Clancy dedicada al profesor de historia naval reconvertido en agente de la CIA, Jack Ryan. El veterano Phillip Noyce la llevó al cine en 1992, y de nuevo Harrison Ford fue el encargado de dar vida al personaje en la pantalla.

Igual que en la primera aventura cinematográfica de Ryan, el reparto de esta cinta está muy bien cuidado. Como secundarios tenemos a Patrick Bergin y Sean Bean en el papel de malos, y a Anne Archer y Samuel L. Jackson como esposa y amigo, respectivamente.

En cuanto a la banda sonora, llena de reminiscencias célticas, es suficiente apuntar que está compuesta por James Horner. Por tanto, es estupenda para quien quiera usarla como melodía instrumental para estudiar o para una relajante tarde de lectura.

Juego de Patriotas como novela está bien. Desde luego no es, ni de lejos, comparable a su anterior novela, obra que marca un listón muy alto. Y la película, igualmente, tiene algunos detalles sin resolver, que sin embargo no apreciarán muchos de quienes no hayan leído el libro. La historia cinematográfica, como siempre, está simplificada. Y lo está mucho, recortando sobre todo personajes, conversaciones y pensamientos, que ayudan a presentar y desarrollar el relato escrito.

El libro no me ha disgustado, aunque en realidad se trata de una trama muy sencilla: tras frustrar un atentado contra la familia real británica, Jack Ryan y su familia son seguidos hasta los Estados Unidos por los terroristas para vengarse. Allí, en su propia casa, Jack tendrá que volver a enfrentarse con los miembros del PIRA para proteger a su familia y a quiénes le rodean.

Este planteamiento tan sencillo, llevado a la película, y de la que guardaba un buen recuerdo, no se sostiene después de leer el libro. En la pantalla se simplifica demasiado la historia, y se convierte en un producto de entretenimiento con apenas dos momentos de emoción: uno al comienzo y otro a mitad de la cinta, que empujan los acontecimientos hasta un final, que resulta demasiado forzado y pueril, en cualquier caso para el lucimiento exclusivo del héroe, casi invencible, encarnado por Harrison Ford.

Para quienes se atrevan con el libro, la buena noticia es que no acaban igual, si bien para aquellos que tuviesen dudas, por supuesto el resultado es el mismo.