lunes, 27 de mayo de 2013

Perdido en la ciudad

Posiblemente se trataba de la primera vez que mi hermano gemelo y yo visitábamos la ciudad. Nada serio, por supuesto. Una vuelta a la manzana, tal vez acercarnos hasta el centro, mirar algún comercio y volver a nuestro armario. Nuestro hogar, un pequeño cuchitril de ocho pisos, con cuatro vecinos por planta, y un tremendo olor a pies, era literalmente un zapatero.

Aquella marcha era prácticamente nuestro primer paseo por la calle. Enormes edificios se alzaban ante nosotros, miles de desconocidos inundaban las aceras. Todo a nuestro alrededor era ruido, voces, bocinas, humos y luces cambiantes de color. Pies enormes a diestra y siniestra invadían las aceras por las que nos dirigíamos. Gigantescos calzados, unidos a pies no menos enormes, entroncaban en piernas interminables que concluían en humanos igualmente colosales.

El traqueteo de nuestra marcha a veces se interrumpía ante la inesperada intersección de avenidas perpendiculares al camino. Todo era nuevo, todo era desconocido para nosotros. Y entonces ocurrió. El mundo de pronto se detuvo con un enorme dolor de cabeza. Fue apenas un segundo pero vi como sobre mí pasaba una nube. Un edificio con ruedas que volaba raudo hacia el otro extremo de la calle. Miré a la derecha, miré luego a la izquierda, al lugar donde él debía acompañarme, y mi hermano ya no estaba. Mi hermano gemelo había desaparecido. Se había perdido entre los miles de transeúntes absortos en su caminar desordenado.

No sin un gran esfuerzo me subí a una pequeña tarima. Intenté gritar, llamar la atención de mi hermano… De nada sirvieron mis intentos de llamarlo y hacerle volver. Ya estaba demasiado lejos. Pero quizá cuando ella observe que me he perdido, repita el camino y me encuentre. Aquí la esperaré a ella y a mis pies, para volver a caminar junto a mi hermano gemelo.

lunes, 20 de mayo de 2013

Celebración del ascenso del Elche Club de Fútbol

Además de las fiestas patronales, y los fuegos artificiales unidos a ellas, si hay algo que entusiasma a la mayoría de ilicitanos, es el equipo de fútbol local. Estos días se celebra por todo Elche el tan esperado ascenso de su equipo, Elche Club de Fútbol, a primera división. Hace 22 años que no jugaba en esa categoría.

No ha sido algo que haya llegado de repente, sino que ya durante las últimas semanas, a medida que los resultados dejaban claras las probabilidades matemáticas de ascender de división, se han sucedido por toda la ciudad los lanzamientos de cohetes con las idas y venidas de coches que, conducidos por seguidores del equipo y con una mano sobre el claxon, no dejaban de recordar a los vecinos estos previsibles resultados deportivos.

He de confesar que no soy hincha de ningún equipo. De hecho ni siquiera me gusta el fútbol. Pero reconozco que ver cómo se acercaban los autobuses con los jugadores y todos los vehículos y aficionados que les seguían por las calles, es un suceso lo suficientemente poco habitual como para no dejar la ocasión sin hacer alguna foto del momento.

Con los dos autobuses de jugadores y seguidores escoltados por la policía y cientos de fanes y aficionados con sus vehículos particulares, algunos seguidores del equipo iban abriendo camino y llamando la atención del resto de vecinos, colocando tracas en algunas calles mientras se dirigían en dirección al estadio local, el Martínez Valero. Allí les esperaba el resto de la afición para una recepción y la merecida celebración.

Precisamente, capté esta foto al colocar una de esas tracas al paso del primer autobús que llevaba al equipo. En el mismo momento de su detonación puede verse a la derecha de la imagen a un intrépido, inconsciente o desafortunado, fan o transeúnte, que cruza en ese justo instante por encima de la traca ya accionada.

De esta casualidad me consta que no debió llevarse otra cosa que un buen susto, porque pudo continuar con su marcha hasta el estadio sin atención médica de ningún tipo. Ver para creer…

domingo, 19 de mayo de 2013

Carpe diem

CIERRA – LOS… AHORA

ME ESTAS BESANDO…

SABS(sic) LO Q’(sic) SIENTES…

(YO) SOLO DIGO…

CARPE DIEM!

Analicemos el texto. En el aspecto formal está escrito en mayúsculas y el texto se ha dispuesto en cinco líneas. Podemos afirmar que no es un poema, o por lo menos que carece de toda métrica y rima tradicional. Tampoco hemos encontrado relación con ninguna canción en una búsqueda por la web, ni en castellano ni en inglés.

La puntuación consiste en un abuso de los puntos suspensivos al final de cada línea, y también después de la primera palabra. Precisamente la primera palabra se une a la segunda mediante un guión, convirtiéndose en “ciérralos…”, y esta ausencia de una puntuación correcta nos ofrece dos lecturas al considerar la segunda línea de texto: “ciérralos… ahora”, o “ciérralos… ahora me estás besando”.

En la tercer línea, si bien es habitual la abreviatura de la conjunción “que” con la supresión de las vocales, podemos suponer que son los nervios o la prisa los que hacen que el autor olvide la “e” de “sabes”.

Casi al final, en la cuarta línea, vemos una corrección al intuirse un “YO” ahora totalmente tachado para dejar la frase huérfana de sujeto, y convertirlo en implícito.

El texto concluye con un rotundo carpe diem subrayado para darle más énfasis, reforzado además con un símbolo de exclamación de cierre, efectivamente obviando que el castellano es el único idioma del mundo que dispone de un signo de apertura que precede a la exclamación.

¿Por qué el autor une “los” a “cierra” con un guión? ¿Por qué borra el sujeto de la última frase?  Creo que podemos considerar que llevaba anotado el texto y lo rectificó al comprobar que se había equivocado en su transcripción. Por tanto podemos suponer que no se trata de una pintada espontánea. Si llevaba el texto preparado, y ya escrito, ¿era de su propia autoría o lo copió de otro sitio y por eso consideró repararlo para ajustarse al original? La tercera opción en esta ocasión sería considerar que se le ocurrió en ese momento y fue corrigiendo según le parecía más oportuno. En cualquier caso tal vez nunca tengamos respuesta para estas preguntas.

En cuanto al mensaje, poco podemos añadir a la invitación que firma el escueto texto, una proclama, podemos afirmar que propia, del amor de todos los tiempos. Así que eso, ante la brevedad o fugacidad, o la incertidumbre de la vida, aprovechemos el momento.

martes, 7 de mayo de 2013

Robo de la Virgen de la Asunción

Volviendo a casa es el título de esta imagen y participaba en la modalidad libre de motivos de semana santa. Me la han robado.

La presenté junto a otras dos imágenes al XVIII Certamen Local de Fotografía de Semana Santa de Elche 2013 y ayer me dijeron que faltaba una.

Era una ampliación 30x40 montada sobre una cartulina negra 40x50. De acuerdo con las normas del concurso iba sin firmar, aunque en la parte posterior llevaba una pegatina con el título y el pseudónimo.

Entiendo y acepto que la organización no es ciertamente responsable de la exposición, que por cierto era en un conocido centro comercial, y de donde no comprendo que la hayan podido robar.

Estamos cansados de ver y oir que por internet se roban a diario canciones y películas, y nos reímos de los derechos de autor… pero que cierto es que fastidia cuando le pasa a uno. Y era una foto que ni siquiera estaba entre las seleccionadas. ¿Se le habrá caído a alguien en el carro de la compra y no se percató? ¿Se le habrá pegado a la chaqueta y no se dió cuenta hasta que llegó a su casa? El lugar de exposición debería garantizar la custodia de las obras que se presentan y debería responder de las faltas o daños. Y por otra parte la Junta Mayor debería exigir algún documento a quien va a retirar las obras e incluso pedir que firmase un acuso de recibo. ¿Y si vuelvo hoy para retirar las fotos que yo se que ya me he llevado? ¿Me dirán que se las han dado a otro?

En fin, la moraleja va a ser que no están libres de caer en manos ajenas ni las obras religiosas. En cualquier caso hago pública la imagen para que otro no pueda apropiarse de su autoría. Por si sirve de algo.

lunes, 6 de mayo de 2013

Fotografía versátil o por qué comprar un todoterreno

Durante mucho tiempo el Sigma 18-200/3.5-6.3 DC OS ha sido, y sigue siendo, un compañero imprescindible para mí y mi EOS 400D. Lo compré en 2008 y solamente con él he disparado cerca de 7.000 veces. Teniendo en cuenta que he realizado casi 20.000 fotos con esta cámara, esto quiere decir que aproximadamente lo uso para el 37% de todas mis fotos. Es una cifra muy elevada si confieso que tengo otros 8 objetivos…

Lente

Fotos

%

1. Sigma Af 18-200/3.5-6.3 DC OS

6795

36.91%

2. Canon Ef-S 18-55/3.5-5-6

3065

16.64%

3. Canon Ef 50/1.8

2524

13.88%

4. Canon Ef 35/2.0

1962

10.65%

5. Canon Ef 80-200/4.5-5.6

313

1.70%

6. Otros (Samyang 8/3.5; Vivitar 24/2.8;

Mir 37/2.8; Samyang 500/8)

3718

20.19%

 

18377

 

Hace pocos meses, amplié mi equipo con una Olympus PEN E-P3 y su inseparable Zuico 14-42/3.5-5.6. Digo inseparable porque actualmente no dispongo de otras ópticas para esta cámara, aunque de momento he conseguido unos adaptadores M42-micro4/3 y EOS-micro4/3, de los que ya hablaré en otra ocasión. 

La cuestión es que prácticamente desde la compra de esta Oly he estado investigando los todoterrenos disponibles: Olympus 14-150/4-5.6 y Panasonic 14-140/4-5.8. Efectivamente, existe una tercera opción: Leica 14-150/3.5-5.6 D Vario-Elmar, pero de este es preferible no hablar para no hacer los dientes aún más largos… En cualquier caso se trata de objetivos muy interesantes para quienes, como yo, pensamos que es preferible llevarlo “todo en uno”.

¿Y esto por qué? Bueno, las razones son diversas. En primer lugar creo que es más práctico. Llevar una óptica con un amplio rango focal te evita tener que estar cambiando de objetivos cada dos por tres. A la comodidad hay que sumar el peso y volumen de lo que llevamos encima, y por supuesto la rapidez de respuesta: un motivo interesante puede fotografiarse al momento sin necesidad de cambiar de objetivo.

Dicho esto, es imperativo hacer una aclaración. Porque precisamente cambiar el objetivo es la gracia, la esencia y el “poder (hacer buenas fotos)” de una cámara de objetivos intercambiables. Aquel que compre una cámara de objetivos intercambiables y no tenga la idea de cambiarlo nunca porque piensa que son caros, o cree que es incómodo, o porque piensa que va a ser un rollo andar eligiendo uno u otro objetivo, mejor que compre una cámara con una óptica fija, o una con un superzoom, o un teléfono o tablet, o una patata si quiere, con muuuuuchos megapixeles, porque seguro que lo disfrutará muchísimo más.
 

 

Entonces, si lo recomendable es cambiar de objetivos, ¿por qué comprar uno que el vendedor nos dice que vale para todo? Buena pregunta. Ahí va la respuesta: Un todoterreno vale para casi todas las ocasiones, pero no sustituye a los objetivos fijos. Ni siquiera sustituye a otros zooms, si estos son más pequeños y ligeros. Podemos tener un 14-140 y seguir usando el 14-42 para otras situaciones en las que no necesitemos más. Los objetivos zoom aportan comodidad, versatilidad, más posibilidades y rapidez de trabajo. Algunos de ellos incluso ofrecen una excelente calidad. ¿Todos los zoom son malos? No ¿Todos los fijos son buenos? Es discutible y estamos hablando de conceptos subjetivos y diferentes.

Para empezar ¿qué es lo mejor? Si respondemos que lo mejor es la calidad, entonces habrá que utilizar solamente objetivos fijos. Y debemos asumir que vamos a necesitar una o varias maletas para llevar todos los objetivos que pensemos usar en cada momento. Además hay que ser conscientes de que tendremos que andar montando uno u otro según el motivo y la ocasión, y lo que pretendamos fotografiar. Alguno dirá entonces que “eso es un lío, que pesarán mucho, que necesitarás un ayudante….” y tiene razón. Son apreciaciones muy ciertas, sin entrar en el precio de lo que todo ese equipo costaría. ¿El dinero no es problema pero queremos una alternativa, porque cambiar de objetivos no es lo nuestro y además creemos que con ello estamos perdiendo el tiempo? Bien. Sí que existe una alternativa si no nos importa el dinero: llevar cada objetivo fijo montando en una cámara distinta. Así en lugar de cambiar el objetivo en la cámara, cogemos otra cámara con otro objetivo (…)

Volvamos a lo sensato. Hay que empezar por asumir que lo mejor no existe. Lo mejor depende de lo que queramos hacer. No es lo mismo la fotografía de paisaje, en la que suelen usarse grandes angulares, que la fotografía deportiva en la que se tienden a emplear teleobjetivos. Igualmente en otros campos específicos como fotografía de insectos, o casas o bodas, requieren de equipos específicos que en general no son los mismos (objetivos macro, descentrables, u ópticas muy luminosas).

¿Y los todoterrenos? No son la panacea, por supuesto. Además, decir que sirven para todo es completamente falso. De hecho no son aconsejables para muchas situaciones. No son recomendables para fotografía de interiores en general, ni con poca luz, ni por supuesto por la noche. Tampoco los usaría nadie para fotografía profesional de arquitectura, o eventos deportivos. Ni siquiera resultan muy interesantes para retrato… Entonces, ¿para qué sirve un todoterreno? La respuesta es sencilla: nos permiten disfrutar. Los todoterrenos sirven para disfrutar de nuestros viajes, de los amigos que acompañamos y de los familiares a los que queremos fotografiar. Sirven para hacer una escapada de fin de semana y llevar nuestra cámara en la bici o en la mochila por la montaña con un único objetivo, y este es, con doble sentido, disfrutar de la fotografía y de la actividad que estamos realizando sin tener que preocuparnos de colocar una lente u otra. Los todoterrenos sirven para volver a enamorarnos de nuestra cámara y dejar disfrutar a quien nos acompaña en el trayecto o paseo. ¿O vais a hacer esperar a todo el grupo mientras elegís el objetivo que hay que sacar de la mochila que lleváis a la espalda para montarlo en la cámara…? No lo veo muy razonable, ni cómodo, ni generoso. Haced la prueba si tenéis la ocasión. Montad un todoterreno en vuestra cámara y usadlo un año. Para todo. Para cumpleaños, para fiestas en la calle, para una boda…

Después de ese tiempo tendréis unas ganas enormes de volver al pequeño 50/1.8 o 35/2 y de salir a fotografiarlo todo con un aire nuevo. Es como volver a estrenar la cámara y redescubrir todas las posibilidades de la fotografía. Pero eso es mejor hacerlo solo o en una quedada fotográfica con un grupo de amigos y cada uno con su cámara.

¿Y para la P3? Bien, de eso quería hablar. Tanto del Panasonic 14-150 como del Olympus 14-140 hablan maravillas en las publicaciones especializadas. La principal diferencia entre ellos, además de la marca, es el precio. Sí, también el Panasonic está optimizado para la grabación de video, pero como afirman desde quesabesde eso es algo que “lo sitúa en un rango algo distinto”.

Me gusta más el Panasonic por tamaño y peso, porque al fin y al cabo, quienes nos hemos decidido por una cámara de sistema (CSC) o mirrorless, sin duda valoramos el tamaño, especialmente quienes venimos de las cámaras de objetivos intercambiables tradicionales, las réflex de toda la vida, sean de carrete o digitales. Por tanto, me importa el tamaño y el peso. Pero admitiendo que no voy a usar esas mejoras que añade Panasonic para la grabación de video, y considerando que su óptica cuesta casi 400 euros más que la opción de Olympus, lo tengo, o lo tenía bastante claro.

Porque ahora Panasonic acaba de lanzar una revisión de su objetivo. Así que ahora lo presenta un poco más pequeño, más luminoso, (baja del mediocre f4 hasta un muy aceptable 3.5 para este tipo de óptica), y le incorpora los últimos avances tanto en enfoque como en su sistema de estabilización (el famoso Power O.I.S).

Así que hay que volver a considerar si medio punto de diafragma, menos peso, y mayor precisión y velocidad de enfoque valen tanto como lo que cuesta el nuevo Panasonic 14-140. En fin, en cualquier caso lo cierto es que ahora mismo no importa porque no es algo que me vaya a plantear adquirir en los próximos meses. Y es muy posible que en ese tiempo Olympus presente su propia versión mejorada. Además, es bueno que los fabricantes actualicen sus ofertas con nuevos productos y mejoras, como una versión 2, porque en este caso, los nuevos objetivos obligarán a bajar el precio de las unidades antiguas.