Bien saben muchos de ustedes que el respaldo y el propio asiento de un autobús son un lugar sumamente propicio para dejar un grafito, bien sea texto o dibujo.
Ni que decir tiene que la mayoría de estos mensajes son soeces con el pasajero, otras muchas de ellas solo burdos garabatos en forma de firmas que pretenden adueñarse de la silla como marcas de territorio, y otras muchas corazones y deseos amorosos diversos.
Lo que no había visto todavía era un chiste: un chascarrillo contado literalmente a espaldas de quien viaja... Si hoy lo traigo aquí no duden que es por curioso, más que por original o gracioso. Aunque tratándose de un autobús del lugar elegido para plasmarlo, lo cierto es que tiene su puntito.
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