miércoles, 1 de septiembre de 2010

Red Princess. Iª Parte. El último cigarrillo, 1

Salí corriendo del apartamento para no llegar demasiado tarde a la cita con Pati. Tenía tanta prisa por llegar que no me di cuenta que había elegido el camino del descampado, el que está justo a espaldas de mi edificio. Sí, en efecto era el camino más corto, o el más rápido, pero solía estar frecuentando por los críos del vecino, es decir, los graffiteros del barrio.

Tuve que volver un momento al presente, y fingir que no prestaba demasiada atención al escondite que usaban para guardar los botes de pintura que no estaban vacíos, mientras que intentaba esquivar los que sí lo estaban que corrían por el suelo. Lo último que hubiese deseado era mancharme la ropa con alguna pintada o spray.

Crucé tan rápido como pude el pequeño trecho que había hasta el local de moda del verano. Se trataba en realidad el mismo pub-bar de todos los años. El mismo dueño, el mismo segurata en la puerta, la misma música y los mismos camareros... Pero en su originalidad estival iban cambiando de nombre cada temporada, para confusión o diversión de los habituales que repetíamos año tras año en el mismo lugar. Este año habían elegido el original rótulo de “Baño”,-como lo oyen-, que proporcionaba un juego estupendo a la hora de citarlo para quedar en él.

Llegué al “Baño” casi a las 11 y media, algo pronto en realidad, pero a tiempo de coger un buen sitio cerca de la barra y al fondo del local. Allí era donde solía fumarme un cigarro mientras esperaba a Pati. Podría haberla recogido en la playa, pero era el último día que ella estaba allí y había querido que quedásemos directamente en el “Baño”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Bienvenido.
Es un placer saber qué opinas del blog o de alguna entrada en concreto.
¡Adelante!