domingo, 7 de marzo de 2010

Bajo la atenta mirada… de la ciudad

A menudo se dice que las ciudades nos miran, y con mayor frecuencia se nos invita a perdernos entre las calles de una ciudad desconocida.

A veces oímos que las paredes “nos observan”, y el silencio de las calles vacías puede hacernos imaginar esos ojos recelosos de colarnos en unos callejones en los que somos completos extraños.

En efecto a veces surjen ojos que nos acechan con miradas indiscretas desde el rincón menos sospechado.

Un friso desde un dintel, un tirador desde una puerta… Incluso una tubería nos puede estar observando…

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