domingo, 19 de agosto de 2012

La Basílica de Santa María de Elche vuela por los aires

Acaban de leer un titular falso y sensacionalista de algo que por suerte y por supuesto no ha ocurrido.

Pero a nadie le gustaría tener que pensar en un título como ese. Sin embargo, los acontecimientos sucedidos la pasada noche del 13 de agosto, con la explosión accidental y antes de tiempo de los cohetes que tradicional y anualmente se lanzan desde la torre de la Basílica de Santa María, deberían llevar a los técnicos y a las autoridades a plantearse la idoneidad del uso de semejante baluarte de la cultura e identidad ilicitanos para el lanzamiento de la palmera final de la fiesta de la Nit de l’ Albà.

No se trata ya de la seguridad del propio monumento, sino de las personas que se hacen cargo de los fuegos artificiales en la torre y de los vecinos y curiosos que en las terrazas colindantes disfrutan de la fiesta.

¿Han subido ustedes a la torre de la Basílica? ¿Han experimentado el agobio y la claustrofobia de los últimos tramos sin baranda, con los minúsculos peldaños desgastados y tremendamente separados unos de otros? ¿Se imaginan en ese embudo a los sanitarios subiendo y bajando con las camillas o a los bomberos subiendo en tropel para auxiliar a los heridos a lo alto de la torre?

Creo que es necesario plantear un debate sobre el futuro del lanzamiento de la palmera de la Nit de l’Albà y del lanzamiento de cohetes en la ciudad de Elche en general.

¿Sería una solución lanzar la palmera desde la torre del homenaje del castillo de Altamira, o eso solo sería desplazar el problema en lugar de resolverlo? ¿Sería posible o recomendable construir cada año una torre desmontable en la plaza del Congreso Eucarístico, junto a la propia Basílica de Santa María o sería interesante buscar otro emplazamiento?

¿Puede prohibirse el lanzamiento de cohetes en el centro igual que ocurre con las carretillas?

Al riesgo de la posible explosión de la torre que se elija para la palmera final, se suma el de los incendios que en estas fechas son penosamente tan protagonistas de la actualidad informativa. ¿El palmeral en general y la rambla están debidamente acondicionados para el lanzamiento y detonación de centenares de cohetes, petardos y el resto de fuegos de artificio?

Se han criticado mucho las recomendaciones y prohibiciones de Bruselas sobre el uso de material pirotécnico por los menores. Pero lo cierto es que los niños siguen jugando con los mecheros y los cohetes, y metiendo petardos en latas y botellas o lanzándolos encendidos por los balcones a los viandantes. Y que resulten heridos ellos es una lástima, pero será responsabilidad de los padres o tutores, pero que hieran a alguien que camina o circula por la calle, o a otro niño o bebé con el que cruzamos la acera, es algo que debe preocuparnos a todos.

Para los próximos años esperemos que los responsables tomen buena nota de lo ocurrido y obren en consecuencia, para que todos podamos disfrutar de nuestras fiestas y tradiciones, y recordarlas con una gran sonrisa y satisfacción.

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